POR CRISTHIAN JIMENEZ.- Las más recientes encuestas que impuso el danilismo en el Partido de la Liberación Dominicana para definición de candidaturas, concluyeron con serios cuestionamientos: el descaro de repetir una medición municipal porque “ganó la que no era” y el retiro de 48 horas de “reflexión” de un aspirante presidencial que descubrió números distintos a los “oficiales”.
Karen Ricardo y Francisco Domínguez Brito fueron las víctimas del interés electoral del grupo dominante que había preseleccionado las candidaturas, sin importar la voluntad de los electores.
En febrero del 2016, Ricardo superó por 2 por porcentuales a Alfredo Martínez para la nominación a la Alcaldía de Santo Domingo Este, pero extrañamente, luego de dos horas de deliberaciones la comisión nacional electoral declaró un “empate técnico” y anunció otra encuesta. En el posterior mamotreto, Martínez obtuvo, según informó Lidio Cadet, presidente de los comisionados, 27.8 % y Karen, 26.5 %.
Pese a una diferencia menor, 1.3%. no se declaró el “empate técnico” y la joven política, disciplinada, hizo un gran esfuerzo para sonreír en la foto al lado del beneficiario de su verdugo.
Domínguez Brito aceptó una exhortación hecha a siete dirigentes peledeístas en marzo del 2018 por el entonces presidente Danilo Medina para que promovieran aspiraciones presidenciales, bajo el alegato de que él rehusaría la repostulación.
Varios de los convocados en 2015, con igual motivación, decidieron chocar con la misma piedra, pese a la intensa promoción personal de Medina.
Cuando el telefonazo pompeano frustró la reforma constitucional que intentaba “el rey de los trucos”, en vez de estimular una competencia sana entre los que asumieron proyectos electorales a instancias de él, introdujo un elemento extraño en la contienda con el peso económico del Estado.
El impacto de la audacia provocó que dos de sus más leales colaboradores se retiraran de la “contienda”, con la lectura correcta sobre la entrada del favorito del frustrado reeleccionista.
Amarante Baret, quien promovió la reelección de Medina, desde semanas de instalado en el poder en 2012, declinó con un breve discurso en el que explicaba las desigualdades “organizativas y financieras” que se generaron con la forzosa entrada de Gonzalo Castillo, a cargo del poderosísimo ministerio de Obras Públicas.
Se quejó de influencias políticas desde sectores del Estado.
Reinaldo Pared (en paz descanse), quien fungía como secretario general del PLD y presidente del Senado, fue más directo al retirarse y afirmó que las condiciones “han variado de forma injusta y de total parcialización”.
“Con la campaña electoral que realiza este nuevo aspirante, se han violentado todas las normas de equidad y de justicia. Se observa una clara intervención de una gran parte del gobierno, lo cual provoca un desequilibrio en el proceso que llevamos a cabo, que como a nosotros, afecta en lo más hondo nuestra dignidad”, se lamentó Reinaldo.
Domínguez Brito, inocente o confiado en el importante respaldo que concitaba en aquel momento se mantuvo en la desigual batalla para terminar aplastado.
Después de una reflexión de dos días junto a su equipo, tras ser informado de los resultados de las mediciones encargadas por el danilismo, Francisco tuiteó: “Recibimos los informes de las encuestas contratadas.
Como persona de palabra, reconocemos los resultados con alto sentido del honor y respeto por los acuerdos”.
El PLD vuelve a las encuestas para escoger a sus candidatos a senadores, diputados y directores de distrito, según decidió el comité político, faltando la sanción del comité central que usualmente traga lo que se mastica arriba.
En la reunión estaban presentes algunas de las pasadas víctimas de este impreciso método.
La vocación tramposa de algunos, podría generar más renuncias.
Esperemos…
